sábado, 10 de octubre de 2009
Hay hombres que luchan un día y son buenos.
Hay otros que luchan un año y son mejores.
Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos.
Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.
(Bertolt Brecht)
El Nobel de la Paz debería ser para los imprescindibles no para los que están en el descanso de [...]
viernes, 9 de octubre de 2009
El Medico para ricos y el médico revolucionario, Comandante Che Guevara…
Vi rodar dos lágrimas por las mejillas de Juanita, soldada y médica comunitaria, con el dolor de una joven revolucionaria que se indigna ante las injusticias, vengo a rendirte honores, Comandante.
hasta siempre Comandante!!
Se cumple otro aniversario de tu asesinato, Che. Un balazo en la quebrada del Yuro te hace prisionero y luego te ajustician en la Higuera, donde te hicieron eterno. Abandonaste tu cuerpo sobre aquella batea de colegio con tu mirada abierta para acompañarnos siempre. Vi rodar dos lágrimas en las mejillas de Juanita, una soldada médica comunitaria, lloradas con el dolor de una mujer revolucionaria que se indigna ante las injusticias y vengo a rendirte honores con su pureza y con su compromiso de ser como tu les enseñaste, en el aniversario de tu muerte.
Mario Terán, el soldado que recibió la orden de asesinarte relata tus últimos momentos:
“Dudé 40 minutos antes de ejecutar la orden. Me fui a ver al coronel Pérez con la esperanza de que la hubiera anulado. Pero el coronel se puso furioso. Así es que fui. Ése fue el peor momento de mi vida. Cuando llegué, el Che estaba sentado en un banco. Al verme dijo: «Usted ha venido a matarme». Yo me sentí cohibido y bajé la cabeza sin responder. Entonces me preguntó: «¿Qué han dicho los otros?». Le respondí que no habían dicho nada y él contestó: «¡Eran unos valientes!». Yo no me atreví a disparar. En ese momento vi al Che grande, muy grande, enorme. Sus ojos brillaban intensamente. Sentía que se echaba encima y cuando me miró fijamente, me dio un mareo. Pensé que con un movimiento rápido el Che podría quitarme el arma. «¡Póngase sereno —me dijo— y apunte bien! ¡Va a matar a un hombre!». Entonces di un paso atrás, hacia el umbral de la puerta, cerré los ojos y disparé la primera ráfaga. El Che, con las piernas destrozadas, cayó al suelo, se contorsionó y empezó a regar muchísima sangre. Yo recobré el ánimo y disparé la segunda ráfaga, que lo alcanzó en un brazo, en el hombro y en el corazón. Ya estaba muerto.”
Ya estabas vivo, luminoso, eterno, hasta siempre, comandante.
En mi patria se celebra además del día del Guerrillero Heroico, es decir tu día y el de todos los que mueren como tú, se celebra el día del médico comunitario, en honor a todos aquellos militantes del ejercito que nace en nuestras patrias con un uniforme glorioso de batas blancas y que anda por los más recónditos lugares de nuestras tierras, dándole salud y atención a los más olvidados y pobres, siguiendo tu ejemplo.
La ELAM y el Batallón 51, escuela y graduados de la medicina revolucionaria celebran también su día junto a ti en Venezuela. No sólo dan la lucha por llevar la salud a las fronteras, a los indígenas, a los olvidados campesinos, dan la lucha por devolverle la ética a la medicina, se enfrentan a los traficantes de pastillas, de inyecciones, de consultas, a los que convirtieron la medicina en un negocio que lucra con el sufrimiento y con la muerte de las mujeres y los hombres humildes. Chocan y son detestados por los estudiantes y los doctores burgueses que lucen sus diplomas como un pasaporte a la distinguida vida adinerada, como un título para rentar, para ejercer la medicina en tacones altos,
Vi rodar dos lágrimas por las mejillas de Juanita, soldada y médica comunitaria, con el dolor de una joven revolucionaria que se indigna ante las injusticias, vengo a rendirte honores, Comandante.
hasta siempre Comandante!!
Se cumple otro aniversario de tu asesinato, Che. Un balazo en la quebrada del Yuro te hace prisionero y luego te ajustician en la Higuera, donde te hicieron eterno. Abandonaste tu cuerpo sobre aquella batea de colegio con tu mirada abierta para acompañarnos siempre. Vi rodar dos lágrimas en las mejillas de Juanita, una soldada médica comunitaria, lloradas con el dolor de una mujer revolucionaria que se indigna ante las injusticias y vengo a rendirte honores con su pureza y con su compromiso de ser como tu les enseñaste, en el aniversario de tu muerte.
Mario Terán, el soldado que recibió la orden de asesinarte relata tus últimos momentos:
“Dudé 40 minutos antes de ejecutar la orden. Me fui a ver al coronel Pérez con la esperanza de que la hubiera anulado. Pero el coronel se puso furioso. Así es que fui. Ése fue el peor momento de mi vida. Cuando llegué, el Che estaba sentado en un banco. Al verme dijo: «Usted ha venido a matarme». Yo me sentí cohibido y bajé la cabeza sin responder. Entonces me preguntó: «¿Qué han dicho los otros?». Le respondí que no habían dicho nada y él contestó: «¡Eran unos valientes!». Yo no me atreví a disparar. En ese momento vi al Che grande, muy grande, enorme. Sus ojos brillaban intensamente. Sentía que se echaba encima y cuando me miró fijamente, me dio un mareo. Pensé que con un movimiento rápido el Che podría quitarme el arma. «¡Póngase sereno —me dijo— y apunte bien! ¡Va a matar a un hombre!». Entonces di un paso atrás, hacia el umbral de la puerta, cerré los ojos y disparé la primera ráfaga. El Che, con las piernas destrozadas, cayó al suelo, se contorsionó y empezó a regar muchísima sangre. Yo recobré el ánimo y disparé la segunda ráfaga, que lo alcanzó en un brazo, en el hombro y en el corazón. Ya estaba muerto.”
Ya estabas vivo, luminoso, eterno, hasta siempre, comandante.
En mi patria se celebra además del día del Guerrillero Heroico, es decir tu día y el de todos los que mueren como tú, se celebra el día del médico comunitario, en honor a todos aquellos militantes del ejercito que nace en nuestras patrias con un uniforme glorioso de batas blancas y que anda por los más recónditos lugares de nuestras tierras, dándole salud y atención a los más olvidados y pobres, siguiendo tu ejemplo.
La ELAM y el Batallón 51, escuela y graduados de la medicina revolucionaria celebran también su día junto a ti en Venezuela. No sólo dan la lucha por llevar la salud a las fronteras, a los indígenas, a los olvidados campesinos, dan la lucha por devolverle la ética a la medicina, se enfrentan a los traficantes de pastillas, de inyecciones, de consultas, a los que convirtieron la medicina en un negocio que lucra con el sufrimiento y con la muerte de las mujeres y los hombres humildes. Chocan y son detestados por los estudiantes y los doctores burgueses que lucen sus diplomas como un pasaporte a la distinguida vida adinerada, como un título para rentar, para ejercer la medicina en tacones altos,
miércoles, 7 de octubre de 2009
domingo, 4 de octubre de 2009
Honrar la vida...
Nó...! Permanecer y transcurrir
no es es perdurar, no es existir,
ni honrar la vida!
Hay tantas maneras de no ser
tanta conciencia sin saber,
adormecida...
Merecer la vida, no es callar y consentir
tantas injusticias repetidas...
Es una virtud, es dignidad
y es la actitud de identidad
más difinida!
Eso de durar y transcurrir
no nos dá derecho a presumir,
porque no es lo mismo que vivir
honrar la vida!
Nó...! Permanecer y transcurrir
no siempre quiere sugerir
honrar la vida!
Hay tanta pequeña vanidad
en nuestra tonta humanidad
enceguecida.
Merecer la vida es erguirse vertical
más allá del mal, de las caídas...
Es igual que darle a la verdad
y a nuestra propia libertad
la bienvenida!
Eso de durar y transcurrir
no nos da derecho a presumir
porque no es lo mismo que vivir
honrar la vida!
Nó...! Permanecer y transcurrir
no es es perdurar, no es existir,
ni honrar la vida!
Hay tantas maneras de no ser
tanta conciencia sin saber,
adormecida...
Merecer la vida, no es callar y consentir
tantas injusticias repetidas...
Es una virtud, es dignidad
y es la actitud de identidad
más difinida!
Eso de durar y transcurrir
no nos dá derecho a presumir,
porque no es lo mismo que vivir
honrar la vida!
Nó...! Permanecer y transcurrir
no siempre quiere sugerir
honrar la vida!
Hay tanta pequeña vanidad
en nuestra tonta humanidad
enceguecida.
Merecer la vida es erguirse vertical
más allá del mal, de las caídas...
Es igual que darle a la verdad
y a nuestra propia libertad
la bienvenida!
Eso de durar y transcurrir
no nos da derecho a presumir
porque no es lo mismo que vivir
honrar la vida!
jueves, 1 de octubre de 2009
"Si Dios fuera Mujer"
¿Y si Dios fuera mujer?
pregunta Juan sin inmutarse,
vaya, vaya si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas.
Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
para besar sus pies no de bronce,
su pubis no de piedra,
sus pechos no de mármol,
sus labios no de yeso.
Si Dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos SIDA o pánico
nos contagiaría su inmortalidad.
Si Dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos,
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
con sus brazos no cerrados,
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles.
Ay Dios mío, Dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería,
qué venturosa, espléndida, imposible,
prodigiosa blasfemia.
Poemas de Mario Benedetti
Poemas del Alma
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